martes, 23 de junio de 2009

DE MUERTE LENTA (COLUMNA PUBLICADA EN URBE)

¡Qué mala pasada me jugó el destino! En serio quería ver a Michael Jackson en la arena 02 de Londres. Aunque con todo este tema del dólar paralelo me lo estaba pensando, pero obvio que ya no voy. Michal Jackson fue un genio en vida y para cuando leas esta columna también habrá sido un “caliche”. La muerte y todo el circo –quise decir, funeral- alrededor de Jacko me ha hecho pensar lo ingrato que somos con los artistas en vida.
Cuando la muerte toca la puerta llega la gloria, los tributos, -en algunos casos- las figuras de cera en el museo de Madame Tussauds, los récords de descargas en iTunes y la inmortalidad. Triste, pero cierto. Para sobrevivir, mejor pegarse un tiro, así como lo dice Chuck Klosterman en su libro.
No existe industria más rentable que la muerte. ¿Acaso alguien es capaz de poner en duda que Tupac y Biggie venden más discos muertos que en vida? Las películas biográficas de Ray Charles y Johnny Cash fueron éxitos de cartelera, gracias a ellas nuevas generaciones conocieron su legado. De la misma manera, ya se preparan para salir de sus tumbas Marvin Gaye y James Brown, según dicen este último podría ser interpretado por Eddie Morphy y Jesse Martin haría lo propio en Sexual Healing (2011). Es lógico que el carácter dramático de sus muertes conviertan estas historias en best sellers instantáneos, ese es el caso de Morrison y Cobain, pero me gustaría ver una película de Stevie Wonder en vida –aunque estoy seguro que a Stevie le dará igual-.
En muchos casos la parca llega antes de tiempo. Buddy Holly, Ritchie Vallens, Janis Joplin, el mismo Hendrix, Michael Hutchence, Selena, Ian Curtis y por supuesto John Lennon. No esperemos que mueran nuestros ídolos para salir a comprar ese disco que nos falta en la colección o ir a un concierto. Me hubiese gustado ver a Cayayo tocar una vez más, pero ya ni modo. No en vano la gente repite tanto esa frase cliché que dice “Nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde”. Pilas y la pelona que viste de rojo se lleva los circuitos radiales en tus propias narices. Abran los ojos ahora que siguen vivos. No se dejen quitar lo que les corresponde.
-Y ojo con Mick… tiene todos los números para ser el próximo-.

No hay comentarios.: